Cuando cambiar es crecer.

Estos días he reflexionado sobre lo difícil que puede ser soltar una vocación que ya no nos representa, el vértigo de dejar morir una identidad y el desafío de cambiar cuando el entorno espera que sigamos siendo los mismos.

Descubrimos que cambiar no es traicionar, sino ser leales a lo que somos ahora. Que lo transformador no es solo elegir un nuevo rumbo, sino sostenerlo cuando nadie alrededor ha cambiado. Que ser fieles a nosotros mismos puede incomodar… pero también nos permite vivir con más verdad.

A veces, el cambio no llega con estruendo, sino como un susurro que insiste: ya no eres quien fuiste. Estos días aprendimos a escuchar ese susurro sin miedo. A reconocer que soltar no borra lo vivido, lo honra. Que cambiar de rumbo no es debilidad, sino madurez. Que sostener una nueva versión de nosotros mismos frente a un mundo que no ha cambiado es un acto de profunda coherencia.

Este cierre de mes no es un punto final, sino un puente:
¿Qué cambio estás sintiendo por dentro aunque aún no lo hayas hecho por fuera?

María Muratet Embuena.

Esta reflexión se basa en los contenidos del Modelo Educativo de Semiología de la vida cotidiana®, creado por el Dr. Alfonso Ruiz Soto®.