Cuando elegir da vértigo.
A veces no decidimos por miedo a equivocarnos, y no decidir puede ser nuestro mayor error.
MAYO 2025
María Muratet Embuena
5/24/20251 min leer


Tomar una decisión, por pequeña que parezca, puede provocar vértigo. No porque no sepamos qué hacer, sino porque intuimos que, al elegir, algo se pierde. Frente a una decisión importante, muchas veces el verdadero miedo no es al fracaso, sino a perder las otras posibilidades. Visto así, elegir es abrir con firmeza una puerta y dejar de golpear ventanas que no nos interesa abrir.
Vivir es elegir. Elegimos cada día qué priorizar, a qué prestarle atención, a quién darle nuestro tiempo, cómo vincularnos, qué comer, cómo desplazarnos, incluso a veces, elegimos no elegir.
No siempre hay certezas pero sí puede haber coherencia. Una decisión coherente no es la que garantiza resultados, sino la que te representa en este momento. La que te permite sostenerte sin dividirte por dentro. A fin de cuentas tenemos que vivir con nuestras decisiones, por eso conviene decidir con la mayor lucidez, para poder asumir las consecuencias que conlleve con el mayor compromiso.
Tal vez no haya decisiones perfectas. Pero sí elecciones que construyen paz.
¿Qué necesitarías para elegir con menos miedo y más coherencia?
María Muratet Embuena.
Esta reflexión se basa en los contenidos del Modelo Educativo de Semiología de la vida cotidiana®, creado por el Dr. Alfonso Ruiz Soto®.
Consulta Educativa de Semiología de la Vida Cotidiana®
Conocerse a uno mismo como solución a los conflictos internos.
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