Cuando la rutina apaga tu alegría.

Hay momentos en los que no ocurre ninguna crisis evidente pero sentimos que algo se ha apagado
por dentro. Cumplimos con nuestras tareas, hablamos con la gente de siempre e incluso reímos...
pero hay una chispa que ya no está.

Esto puede ser una señal de desatención emocional; vivimos en automático sin preguntarnos cómo
estamos realmente o qué nos haría bien. Nos acostumbramos tanto a lo funcional que olvidamos lo vital;
el sentido. Esta sensación de vacío no es algo que deba ignorarse, es una invitación a reconectar con
lo que nos nutre, con lo que nos enciende.

A veces basta con un cambio de ritmo, una conversación distinta, una pausa real. ¿Qué detalle
pequeño podrías regalarte hoy para volver a encender tu alegría?

María Muratet Embuena.

Esta reflexión se basa en los contenidos del Modelo Educativo de Semiología de la vida cotidiana®, creado por el Dr. Alfonso Ruiz Soto®.